http://www.esnips.com/nsdoc/cbb96b14-c97c-4a73-8cd6-17955740d6d2/?id=1203029838593
(La canción es para amenizar un poco la lectura, no descarto añadir esta costumbre a futuras entradas).
Por lo general, pienso en momentos determinados del día. Cuando estoy sólo, cuando voy en el transporte público, antes de
dormirme, etc.. pero hay ocasiones realmente inspiradoras y de mayor actividad mental que otras. Una de ellas, por no decir la mayor, es la ducha. No sé si será el vapor, el sonido del agua cayéndo o la desnudez… o quizá una combinación de todos los factores, pero el hecho es que mi cabeza vuela bajo el chorro, es como si el resto del mundo se desacelerase por un ratito.
Quizá sea por mis particulares biorritmos, aunque al igual que yo, mucha gente prefiere acostarse tarde y levantarse tarde, si se lo puede permitir. El caso es que las horas nocturnas, también son bastante más productivas que las diurnas, quizá el silencio tenga algo que ver, o haya algún cambio fisiológico más allá, lo desconozco.
Lo cierto es que poseo una capacidad de concentración bastante limitada, me cuesta mucho atender dos conversaciones a la vez y tengo que descansar frecuentemente cuando estudio. El tipo de cualidad que no hay que poner en un curriculum precisamente.
Ahora podría hablar de un tema interesante: las diferencias entre el cerebro masculino y femenino, pero me temo que lo haría con poco rigor y de oídas. Quizá un día de estos rebusque las fuentes y me decida a escribir algo más consistente.
Además hoy estoy bastante desordenado.